lunes, 11 de agosto de 2014

CONTROL A LA VENTA DE BEBIDAS ADULTERADAS


Casi todos hemos oído hablar de las bebidas adulteradas y del alcohol adulterado, sin embargo lo vemos más como una leyenda urbana que como una realidad que convive con nosotros todos los días, especialmente los fines de semana.
Estas bebidas no aseguran calidad ni higiene en su elaboración, y al no existir un control en su proceso de producción, pueden generarse riesgos para la salud de los consumidores.
Hay muchas formas de adulterar una bebida, entre las más comunes encontramos la sustitución del líquido original por otro de menor calidad, que se le rebaje con agua y que se les agregue alcohol metílico, este último el más peligroso.
El alcohol metílico, no es apto para el consumo humano, se trata de una sustancia que se obtiene de la destilación de la madera y es utilizado como sustancia activa de solventes y removedores de lacas y barnices.
Su consumo, puede ser fatal, ya que afecta principalmente el sistema nervioso central, destruyendo la mielina, tejido que recubre a los nervios, evitando que éstos se comuniquen y disminuyendo funciones como el movimiento. Los síntomas que podemos tener al ingerir una bebida adulterada son:
fuertes dolores de cabeza
mareo
ceguera
náuseas
vómito
nerviosismo
ansiedad
resaca intensa
En altas cantidades, este compuesto puede producir la muerte, por la disminución en la actividad del sistema respiratorio y cardiovascular.

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